martes, 29 de diciembre de 2020

Oración del día 30 de Diciembre para sanar el dolor emocional




 Amado Dios, te damos las gracias porque en todo momento estás a mi lado, ofreciéndome todas tus virtudes, entre ellas la capacidad de sanar cualquier herida que tuviere de mi pasado.


Dolor emocional


Dios mío, en este día vengo a ti por medio de esta Oración, para que todo dolor que yo tenga, producto de las malas experiencias de mi pasado, sea sanado por ti, pues reconozco que el tiempo no sana las heridas, sino que sólo tú eres el sanador por excelencia.


Padre eterno, ciertamente el dolor es parte natural de este mundo, pero sé que aquellas heridas que duelen por años en mi alma no son saludables, por eso te pido que, en lugar de tristeza y dolor, pongas en mí, por medio de tu Espíritu Santo, alegría y gozo, aún si las circunstancias que esté atravesando sean adversas.


Ayúdame, Padre celestial, a deleitarme  en todo tiempo en la oración y en tu presencia, porque sé que esto es el alivio de mi alma herida. Padre, quiero recibir una sanidad a tal punto que ni el tiempo, ni las palabras ni los pensamientos sean capaces de abrir las heridas, que el pensamiento esté presente, pero ausente el dolor que causaba. 


Padre eterno, en tu palabra enseñas que por las llagas de Cristo fuimos sanados, por ello te pido que cargues con mis malestares emocionales de toda índole, sin importar qué lo esté causando. Dios, si mis malestares emocionales vienen de las circunstancias actuales, si vienen del estrés, de los malos tratos, del pasado, de la violencia, de la depresión, de la soledad o como producto de los ataques del maligno, tú los sanas con tu glorioso poder, pues no hay nada imposible para ti.


Dios, en el nombre de Jesucristo yo cancelo las maldiciones del dolor emocional y la depresión, yo me desato de todas las cadenas por el poder de tu Espíritu Santo que me has dado, yo empiezo a vivir una vida llena de tu gloria, para que incluso mis hermanos que están en la misma situación vean tus maravillas en mí y crean que hay un Dios que todo lo ve y que todo lo puede.


Dios eterno, has brotar de mí los frutos de tu Espíritu Santo, cambia mis patrones de pensamiento, cambia mis rutinas y hábitos, que mi transformación sea radical, no quiero parecerme en nada a mi yo del pasado, quiero ser renovado en todo mi ser para gloria tuya.


No me permitas caer, oh Padre, en el pozo de la desesperación emocional. Que mi alma esté tranquila, en completa paz, bajo la cobertura de tu Santo Espíritu, para manifestar gozo aún en los momentos más difíciles de mi vida. Gracias te doy mi Señor, porque sé que me has oído, en el nombre de Jesucristo pido estas bendiciones para mí y para todos aquellos que tengan profunda necesidad, amén.

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