Amado Dios, te doy las gracias por permitirme despertar y buscar tu presencia, cada día es una nueva oportunidad para ser partícipe de las riquezas de tu presencia y de tu gloria.
Amado Padre, en esta mañana me dirijo a ti, sabiendo que tú le has dado la victoria a tu iglesia. Tu palabra enseña que somos más que vencedores en Cristo Jesús, por ello hago esta oración milagrosa pidiéndote, principalmente, que me permitas llegar victorioso hasta el final de mis días.
También, oh Padre, te pido que me des la victoria sobre la crisis, la escasez, la enfermedad, sobre el pecado y sobre todo aquello que quiera interponerse en mi camino hacia el éxito. Padre, pongo en tus manos cada proyecto, cada idea, pensamiento y sentimiento, para glorificarte con mi vida entera y para que todo pueda crecer conforme a tu voluntad y no a la mía.
Dios, quita de mi mente la duda, el temor, la desconfianza y el desespero, pues estas cosas son contrarias a un pensamiento victorioso. Por el contrario, que en mi mente abunden los pensamientos de bien, de abundancia, de prosperidad, de bendición y nunca de maldición. Todo aquello que sea bueno a tus ojos, en eso esté ocupada mi mente mi Señor.
Dios amado, te pido que cada victoria que me entregues, sea para glorificarte. Que cada meta alcanzada, cada objetivo logrado y cada sueño cumplido sea una oportunidad que me permita exaltarte delante de mis hermanos, que mi vida entera esté dedicada a exaltar tu nombre mi Señor.
Padre eterno, tú venciste en la cruz del calvario a todos los demonios y llevaste todos los pecados, por tanto te pido que me ayudes a vencer el pecado y las conductas y hábitos que me puedan hacer daño. Ayúdame, para salir victorioso sobre mis adicciones y sobre mis malas costumbres, no permitas que mi alma sea consumida en el pecado, sino que tu poder sea manifiesto sobre mí para vencer la maldad.
Gracias te doy Padre, porque sé que tú me has escuchado. Confío plenamente en ti, deposito toda mi fe en ti y en tu palabra, ya que la fe nunca a avergonzado a los creyentes. Te amo Dios y te doy las gracias por las victorias pasadas, presentes y las futuras, bendito seas por siempre y para siempre. Amén.