Amado Padre celestial, te damos las gracias por ayudarnos a resistir las tentaciones. Tu palabra enseña que nuestro Señor Jesucristo fue tentado en todo, pero venció al pecado, por tanto nuestro Señor se compadece y ayuda a los débiles, entre los cuales estoy Padre mío.
Amado Padre, te pido en esta hora que me ayudes a no tropezar ni a caer en tentaciones, pues quiero llevar una vida digna, justa y santa para ti. Te pido, Señor Jesucristo, que tus fuerzas me sean manifiestas por medio de tu Espíritu Santo, para resistir en los momentos de tentación. El pecado abunda, Señor mío, pero quiero ser un hijo fiel, honrado, quiero que mi vida sea de agrado a tus ojos.
Padre, mira los pecados que he cometido y bórralos, te pido perdón por todas aquellas faltas que he realizado de manera consciente e inconsciente. En tu Palabra dice que es imposible que no vengan tropiezos (Lucas 17:1), pero quiero que cada caída que yo sufra, sea una experiencia para levantarme poderosamente en ti, para glorificar tu santo nombre.
Señor mío, ten piedad y no seas pronto en tus juicios, el perdón está cercano a ti para que seas adorado para siempre, has misericordia conmigo y con mi casa, por todas las faltas que he cometido y las que han cometido mis antepasados, pido mi Señor que a todos nos guíes hacia una vida en santidad; queremos ser llenos de tu Espíritu Santo y ser formados al carácter de Cristo Jesús, por eso hago esta oración milagrosa con toda mi fe.
Dios mío, que tu bondad nunca se aparte de nosotros tus siervos, pues los problemas del mundo nos persiguen. Cada día que pasa se nos coloca ocasión de caer, pero sé que tú nos ayudas a salir en victoria, pues no estás lejano de los que invocamos tu presencia. Gracias te doy, Señor mío, porque me llevas por caminos de gloria; así como he pedido para mí, pido también para mi familia de sangre y mi familia en la fe, en el nombre de Jesús, amén.