Amado Padre, en esta mañana agradezco por todo lo que estoy pasando, porque tu palabra enseña que todas las cosas me ayudarán para bien.
Mi Rey amado, te doy la gloria y la honra que solo tú mereces, porque nunca has dejado de estar atento a mi situación, aún en los momentos más difíciles has estado allí para atender a mis oraciones y sé que hoy de igual manera seré escuchado por ti. Padre de la gloria, vengo en este día confiando en que tú harás un gran milagro en mi vida.
Padre, sorpréndeme con un milagro extraordinario, uno que haga girar mi vida 180 grados y me guíe hacia un nuevo rumbo: Que hoy puedan darse los negocios que durante años estuvieron estancados, que la sanidad mía o la de un ser querido pueda llegar de manera definitiva, que las familias rotas puedan volver a unirse, que las provisiones lleguen de lugares inesperados, que desde mi hogar fluya tu gracia como poderoso río hasta llegar a todos en mi entorno.
Dios de la gloria, remueve los obstáculos que impiden la llegada de las bendiciones por las cuales te he pedido, que tu gracia pueda vencer incluso a los corazones arrogantes y de esta manera pueda encontrar favor de las personas de mi alrededor.
Padre, quita de nuestra vida a todos los que hacen injusticia en mi contra y en contra de los míos, que los hombres de corazón perverso NO prosperen en sus andanzas, que ni aún el más pequeño de sus planes para hacerme daño pueda prosperar. Que tu misericordia llegue a los que me persiguen, para que puedan conocerte como el Padre Eterno, pero que tu justicia nunca deje de manifestarse contra el hombre que te resiste y que se propone en su corazón hacer daño a los demás.
Padre, te damos las gracias porque sabemos que tú nos escuchas, gracias Dios, que se haga tu voluntad y no la nuestra Amado Dios, en el nombre de Jesús. Amén.
