Amado Dios, te damos gracias porque toda esta semana has estado con nosotros, tu presencia nunca se aparta de los que invocamos tu nombre con fe y plena confianza de que nos escuchas.
Amado Padre, en este día depositamos en ti nuestras cargas pesadas, aquellas cargas que llenan de pensamientos estresantes nuestras mentes, que nos agotan emocional y espiritualmente hablando, aquellas cargas que me han causado fatiga durante tanto tiempo, todas estas las pongo en tus manos mi Señor, pues sé que tú, como un Padre amoroso, me ayudas caminar con menos peso.
Así mismo, Padre amado, te pido que coloques sobre mí tus cargas, las cuales son ligeras y suaves, pero que implican un compromiso absoluto. Por ello, Dios, te pido que me formes como una persona con el carácter de Cristo, para estar plenamente capacitado para amar, tener fe, bondad, ser paciente, esforzado, tener dominio propio, para no perder la esperanza, para ser misericordioso y compasivo con mis hermanos que aún no te conocen y también con aquellos que ya están en tus caminos.
Padre Santo, yo acepto que estar en tu reposo es lo mismo que permanecer en tu presencia constantemente, por ello te pido que me enseñes principios de fidelidad, constancia y esfuerzo, pues no quiero apartarme de ti, no quiero un corazón con doble ánimo, pues esto me llevaría a ser inconstante en todos mis caminos, como tampoco quiero ser dominado por la pereza, pues aún tus siervos en avanzada edad procuraban buscarte y servirte día y noche mi amado Padre.
Dios mío, conduce mi alma a lugares de reposo, dame descanso cuando duerma, para tener un alivio pleno, dame vigor al levantarme para hacer mis labores y las tuyas, dale reposo a mi mente de todas sus angustias, para tener así un pensamiento sereno, sano y cuerdo, otorga el reposo a mis emociones, para no andar en la vida como bestia salvaje, alivia mis cargas al salir del trabajo, para no llevar el estrés a mi hogar y finalmente nunca dejes de darme el reposo y la paz que sólo en tu presencia puedo conseguir.
Padre mío, te pido que, a través de esta oración milagrosa, llegues a la vida de mis hermanos en Cristo, a mis familiares, a mis amigos y aún a mis enemigos, para que ellos también conozcan las maravillas de estar en tu presencia, pues a todos ellos los amo y les deseo tu presencia en sus vidas, y así conozcan todas las riquezas de tu gloria.
Gracias te doy, amado Padre, pues sé que me has oído y tú harás de manera aún mayor a como te lo he pedido. Bendito seas por siempre mi Señor, todo esto lo pido en el nombre de Jesús, amén.
