Padre celestial, agradezco todas las cosas que has hecho por mí, las que estás haciendo y las que harás pronto, bendito sea tu nombre por los siglos de los siglos.
Mi amado Dios, en esta hora acudo a tu presencia, para pedir tu resguardo. La crisis ha llegado a la puerta de mi casa, algunas cosas escasean, pero bajo tu protección aún las reservas de alimento de mi hogar pueden crecer, pues tú no dejarás a tus hijos sin su pan de cada día.
Amado Padre, te pido que seas escudo a mi alrededor, no permitas que los dardos del maligno atraviesen a mi hogar, que las críticas, la envidia y los malos comentarios a mi alrededor no me afecten, pues yo soy un hijo del reino de los cielos, manifiéstate pues mi Padre, para que el mundo sepa que hay Dios en los cielos y que tú escuchas el clamor de tus hijos.
Padre querido, no me permitas atravesar por el hambre, la ruina, la miseria ni nada que provenga de ti, que el cielo esté abierto y dispuesto para traer grandes bendiciones a mi vida; aunque no me alcance la vista para ver de donde viene la provisión, con todo mi fe llega hasta ti, mi Señor, confiando en que tú llenas mis almacenes con la abundancia.
Padre, te pido que seas escudo alrededor de mí y de mi familia, no permitas que a nosotros venga la muerte repentina, la enfermedad, la ruina, la violencia, el mentiroso, el envidioso, el asesino, el ladrón ni cualquier cosa que pueda dañarnos; queremos estar bajo tu resguardo para siempre, pues no hay lugar más seguro para nuestras vidas que en tu presencia.
Dios mío, aún si tuviere que atravesar por desiertos, por lugares de violencia y muerte, si tuviere que estar aún en medio de la nada, sé que tú estarás conmigo; tu protección y tu sustento nunca estarán lejanos a mí. Que tu gracia abunde en este día para los necesitados, oh Padre, entre los cuales estoy, en el nombre de Jesús, amén.