Amado Señor Jesús, confiamos en tus palabras, tú prometiste la verdadera paz, la cual te pedimos con el corazón en mano.
Confiamos en ti como el Señor y salvador, eres nuestra fuente de vida, eres nuestra esperanza, eres nuestra paz. Hoy te pedimos que tu presencia llene nuestros corazones de un fuego divino que calme nuestras angustias, alivie nuestros dolores, deshaga nuestros miedos y destruya nuestras dudas. Manifiesta siempre tu presencia en mi corazón, que nunca me falte tu compañía, que tus consejos estén siempre en mi mente y mi alma tenga tranquilidad en ti.
Amado Señor, tú sabes acerca de todas mis necesidades, por ello pongo toda mi fe en ti, confiando que eres un Dios fiel y justo, que siempre escuchas a tus hijos a quienes guías por el camino del bien. Por favor lleva mis pasos por los caminos del bien, de la paz, del amor, de la serenidad y de la justicia. Gracias Señor. ¡Amén!
