Amado Padre celestial, te doy las gracias porque puedo alzar mi vista a los cielos y declarar con toda seguridad que mi socorro viene de ti, gracias porque nunca me has abandonado en momentos de enfermedad y angustia.
Querido Dios, hoy me presento ante Ti de rodillas, que no conoces de imposibles, para pedir por mi salud y por la salud de todas aquellas personas que están pasando por alguna enfermedad.
Por favor, cúbrenos con tu manto de curación y sana cada una de las células enfermas de aquellos que estén pasando por malestares. Te pido que rompas las cadenas de toda enfermedad; libera a quienes estén sufriendo problemas de salud, ponlos a salvo con tu maravilloso poder, en el nombre de Jesús.
También te pido que seas Tú caminando junto a aquellos que han decidido recorrer el camino de la transformación y la sanación. Llena de fuerza y valentía a quienes hoy soportan tratamientos médicos y les permitas mantener intacta su fe, porque es a través de la fe que ocurren grandes y maravillosos milagros.
Amado Dios, para Ti no hay imposibles y no hay enfermedad que no puedas curar; porque Tú, Señor, diste movimiento al paralítico, hiciste ver a los ciegos y venciste a la muerte para librarnos del pecado.
Por eso hoy elevo mi grito, para pedirte que me bendigas a mí y a mi familia con un cuerpo sano. Aleja de nuestro hogar toda enfermedad y habita con nosotros, llenando nuestras vidas y nuestros hogares de salud, comprensión, bendiciones y prosperidad.
Porque tu amor es infinito y porque todo el que eleva la oración ante Ti siempre ve tu obra en su vida, te agradezco querido Dios.
Porque la salud estará conmigo y la mía y porque los que estén enfermos muy pronto serán salvos y sanos, te doy infinitas gracias Señor. Que tu maravillosa voluntad se haga siempre en el cielo y en la tierra, Amén.